Un lugar donde no solo se celebra la belleza del océano, sino también la vida que alberga. Isla Fuerte, un paraíso escondido en el Caribe colombiano, es uno de esos lugares mágicos. Y en el corazón de esta isla, un proyecto está cambiando el destino de las tortugas marinas, dejando una huella imborrable en la comunidad local.
Un lugar donde no solo se celebra la belleza del océano, sino también la vida que alberga. Isla Fuerte, un paraíso escondido en el Caribe colombiano, es uno de esos lugares mágicos. Y en el corazón de esta isla, un proyecto está cambiando el destino de las tortugas marinas, dejando una huella imborrable en la comunidad local.
La importancia de actuar, hoy.
El proyecto “Nidos de Vida”, creado junto con la Fundación Tortugas del Mar, ha marcado un antes y un después en Isla Fuerte. Aquí, no solo se protege a las tortugas marinas, sino que la comunidad ha entendido el valor de estas especies en peligro de extinción. Cada pescador, cada vecino, se ha sumado al esfuerzo de protegerlas, enfrentando las amenazas como la caza ilegal y la destrucción de su hábitat. Y la misión es clara: sensibilizar, aprender más sobre estas maravillas marinas y devolverlas a su hogar natural, el océano.
En Nidos de Vida, el acuerdo es simple pero transformador: cada vez más pescadores se suman al proyecto, a quienes ofrecemos alternativas de alimentación (como parte de su despensa básica) a cambio de entregar a las tortugas vivas y libres de daños. Cuando llegan, recolectamos información crucial junto a la Fundación Tortugas del Mar para continuar la investigación, y después, celebramos su liberación con la comunidad, turistas y todos los involucrados. Un acto de amor hacia la vida marina, que tanto nos regala en la isla.
El poder transformador de Isla Fuerte.
A pesar de ser especies críticamente amenazadas, las tortugas marinas han encontrado en Isla Fuerte un refugio de esperanza. Nuestra isla se ha convertido en un lugar clave para su conservación, gracias a la riqueza de sus arrecifes y pastos marinos, que ofrecen alimento y refugio en una etapa de vida clave: el de su crecimiento y albergue antes de entrar en etapa de reproducirse. En Isla Fuerte hemos tenido la suerte de ver especies como la Tortuga Carey (Eretmochelys imbricata), la Tortuga Verde (Chelonia mydas), la Golfina (Lepidochelys olivacea, el primer reporte de esta especie en el Caribe colombiano) y la Cabezona (Caretta caretta). Cada liberación es una victoria y, sinceramente, nos sentimos privilegiados de poder ser parte de este cambio.
El futuro de estas tortugas está entrelazado con el de la comunidad de Isla Fuerte. Aquí, todos somos parte del cambio. Cada tortuga que regresa al océano es un recordatorio de que el amor por la tierra y el mar puede transformar vidas. Y es que el trabajo conjunto y articulado, como el que hacemos entre La Playita, la Fundación Tortugas del Mar, los pescadores y toda la comunidad, está dando frutos. En apenas un año y medio, más de 120 tortugas han regresado a su hogar. ¡Y vamos por más!
Aquí, cada acción cuenta, y cada tortuga que retorna al mar es una muestra del impacto positivo que se puede lograr cuando la comunidad y el turismo se unen con un solo propósito: la conservación.
Desde La Playita, tenemos la suerte de ser parte activa de este cambio. Sabemos que cada liberación es una historia de esperanza, y queremos seguir siendo parte de ella.
En todo este proceso, el monitoreo, la manipulación y la liberación de las tortugas se realiza bajo estrictos protocolos internacionales, garantizando su bienestar y la eficacia del proyecto.
